No permita que las causas de la corrosión del TPMS le cuesten a sus clientes

No importa qué tan lejos lleguemos con la tecnología TPMS, aún debemos volver a los conceptos básicos de reparación cuando se trata de piezas duras. La corrosión es una de las principales causas del reemplazo de TPMS. La reacción química que tiene lugar cuando ciertos metales se exponen a la humedad, la sal, la suciedad y ciertos climas hace que la superficie del metal cambie de forma. Con el tiempo, pueden volverse arenosos y comenzar a disolverse. El resultado es que las superficies de las piezas que alguna vez fueron lisas y planas se vuelven ásperas y deformes, lo que hace imposible un sello hermético al volver a ensamblar el vástago de la válvula después del servicio o después de agregar aire a la llanta. Esto provoca fugas de aire lentas que pueden ser extremadamente frustrantes para el conductor, ya que el aire continúa escapando lentamente, lo que hace que la luz se encienda una y otra vez.

La corrosión también es la culpable de las piezas rotas durante el servicio. Los metales pueden fusionarse y la separación de esa unión puede provocar la rotura de tuercas, tornillos, núcleos de válvulas y vástagos. Este no es un problema importante si el sensor tiene un vástago desmontable, ya que estas piezas deben reemplazarse después de cada servicio de todos modos. Si se rompen, se rompen. Sin embargo, se vuelve costoso y necesita alguna explicación para el conductor cuando se rompe un vástago fijo y se debe reemplazar todo el sensor.

Entonces, ¿cómo se puede evitar la corrosión? Cuando se trata de piezas de metal, la desafortunada verdad es que no se puede evitar por completo. Esa es la naturaleza del metal en ambientes al aire libre, y ciertamente es peor en algunos ambientes que en otros. Era un problema mucho antes de que hubiera un sensor en el otro lado del vástago de la válvula y no se puede cambiar la ciencia. Sin embargo, hay algunas cosas que puede hacer para evitar casos extremos de corrosión que provoquen daños y fugas de aire lentas.

La mejor práctica absoluta es cambiar los kits de servicio cada vez que se quita el neumático de la rueda. Haga de esto un hábito y un requisito de servicio. No ha realizado un servicio completo a menos que cambie ese kit de servicio. Y luego, en segundo lugar, utilice el kit preempaquetado en su totalidad. No mezcle partes. Estos dos pasos son la mejor defensa contra los principales casos de corrosión que pueden conducir a reparaciones costosas.

Jacki Lutz es el director global de comunicaciones, capacitación y comercio electrónico de Schrader TPMS Solutions, líder mundial en TPMS. Es instructora de TIA ATS y sirve en una variedad de juntas de la industria.